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Testimonio Alba Millán | 25 años

Intentaré ser breve, clara y concisa.

Comencé esta aventura por Italia hace unos 3 meses. Todo empezó con una llamada, era Juan, me llamaba para comunicarme que finalmente había sido una de las seleccionadas para iniciar este proyecto y, a partir de ese preciso instante, mi mente dibujó miles de imágenes e ilusiones de lo que podría ser esta experiencia para mí, algo difícil de explicar, puesto que realmente me apunté a este programa dejándome llevar por el corazón más que la razón por decirlo de alguna forma.

Desde el inicio del proyecto, no sé por qué exactamente, se creó un ambiente envidiable entre todos los que nos acabábamos de conocer, tanto entre los compañeros de esta experiencia como entre alumnos y profesora de italiano (la entrañable Andreana), las risas y el “buen rollo” se aferraron a todas nuestras horas de clases y diferentes eventos programados por Mundus. Aunque he de decir que quizás la respuesta a lo anteriormente expresado esté en el talento de acierto de Adele y Juan (tutores del proyecto de Mundus), yo creo que en sus ratos libres estudian Criminal Profiling o algo relacionado con el tema de la psicología y nos tienen a todos engañados, pero ese es otro tema que retomaré por mi cuenta con ellos algún día con un café (o una birra) en una plaza de Barcelona a mi vuelta de Forlì, quizá.

A sólo una semana de nuestra fecha de partida es cuando realmente me di cuenta de que era la primera vez que iba a estar tanto tiempo fuera de casa, sin mi familia, fuera de lo que popularmente conocemos como zona de confort. Los miedos surgían a flote, esas grandes barreras imaginarias que nos creamos tantas veces comenzaron a construirse a sólo 7 días del vuelo de ida, desconociendo totalmente el hecho de que aquí, en Italia, en esta pequeña ciudad de la Emilia Romagna, construiríamos entre todos un nuevo hogar y, dejándonos llevar un poco más (por qué no) hacia el sentimentalismo, una nueva familia. Sin dejar de lado los nuevos y valiosos círculos de amistades que, por mi parte, he creado aquí.

Poco a poco los fantasmas de los estereotipos y los temores infundados se han ido desvaneciendo dando paso, inevitablemente, a una mente más abierta de la que creía tener. Nunca dejas de aprender.

Es una experiencia que me ha brindado la oportunidad no sólo de conocer una nueva cultura, un nuevo idioma, un nuevo estilo de vida, unas prácticas laborables en las que sentirme realizada y parte de un equipo profesional… Si no que además me ha regalado momentos de risas irrepetibles, pequeñas aventuras por la distinguida bota de Italia, cafés compartidos y cafés solitarios con distintos aromas (únicos e irrepetibles todos ellos) y, lo mejor de todo, la enorme y tan necesaria oportunidad de conocerme a mí misma.

Al inicio de este texto prometí ser breve, clara y concisa. Creo que no lo he conseguido en la totalidad del mismo, pero bueno, al inicio de este proyecto yo era de una forma y me doy cuenta de que ya no soy quién era entonces, como este texto y como la vida misma, todo cambia y nunca sabes (por mil ideas que puedas llegar a crear en tu mente) cómo será, al fin y al cabo.

Para acabar os dejo una de mis fotos favoritas hasta ahora, junto con mi nueva familia en nuestro viaje a Florencia.

 

 

Alba Millán