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Testimonio Samuel Delgado | 26 años

Día 10 de Enero, empieza la aventura, sale el vuelo desde Málaga hasta Charleroi, una zona desconocida para mí. Los nervios del vuelo, de conocer a una familia nueva, mi familia "adoptiva" con la que viviría 6 meses, en principio, un país nuevo, un nuevo trabajo y una lengua que me resultaba complicada de simplemente intentar imitar... Cuando llegué, me esperaba Angelique, la madre de la familia en la estación de tren del pueblo, me acompañó a casa y me presentó a todos los miembros de una familia maravillosa, una familia que me ha hecho sentir como en casa todo el tiempo, familia que es finalmente eso, familia.

Pronto comencé en el proyecto de Mediaraven, en el que estaría trabajando como creador de contenido (tanto fotografía, como video) cubriendo eventos o creando el contenido a partir de un tema. ¿Aprendí? Sí, muchísimo. Aprendí a utilizar muy bien herramientas de video profesionales, a lidiar con choques interculturales, a apreciar otros puntos de vista, a desenvolverme en un país extranjero, en resumen, más que conocimientos, adquirí una bonita experiencia de vida.

Pronto empezó a sonar cierto "virus" que nos tomamos un poco a broma en principio, asistí al proyecto de EVS llamado oficialmente "On Arrival Training" pero que cuando asistes es "Semana con gente similar a ti para disfrutar y aprender juntos" pero supongo que es un título demasiado largo para promocionarla y queda mejor OAT. Allí conocí a gente excepcional, sin duda, personas que espero ver en un futuro no muy lejano, personas de todo el mundo.

Además del OAT del EVS asistí a algunos eventos de AFS Intercultural, es decir, que aparte de tener contacto con personas de toda Europa en el EVS, tenía contacto con personas de TODO el mundo (Japón, Brasil, Argentina...) una oportunidad única.

Pero, empezaron a llegar las malas noticias sobre una pandemia. A muchos de los participantes de los EVS les invitaron a volver a sus hogares, a los participantes de AFS por desgracia, no les dieron opción y cancelaron sus proyectos. Tuvimos que adaptarnos a un nuevo panorama en el trabajo y en la vida familiar. Hubo que estar atentos a muchísimas noticias, nuevas medidas y con precauciones, pero todo iba y fue bien.

Durante los dos meses, aprendí a hacer unos fotomontajes impresionantes, hice piragüismo en el rio de al lado de casa y posiblemente disfruté como nunca de la playa de Ostende, de mi familia belga y del entorno más cercano. Aunque, cuando empecé a apreciar todo lo que tenía, se acababa mi proyecto, había que buscar una forma de volver a casa, y más importante, había que aprovechar la reapertura de fronteras antes de que las cerraran de nuevo.

El 28 de Mayo, conseguí un vuelo, se lo comuniqué a la familia y preparé la vuelta. Vuelta que fue todo un proceso, despedirme de la mejor forma de esa familia ¡Cocinando comida española!, teniendo una cena con toda la familia (Abuelos, Tios, Primos) porque me incluyeron en la familia totalmente. Despedirme de ese maravilloso país, y empezar una aventura de regreso al hogar.

Como conclusión y reflexión de todo lo vivido, me quedo con las personas, con las experiencias y con las ganas de volver a verles. Cuando me preguntan si volvería a hacerlo, sin duda alguna digo que sí, ha sido una de las mejores decisiones que tuve, pese a las malas circunstancias de una pandemia, volvería a hacerlo, y volveré para visitar a mi familia.