Testimonio Nour Borchani | 25 años

EVS en Blanes. Nour viene de Túnez y está haciendo su EVS en la fundación Eveho. Permaneció con el equipo desde octubre de 2018 hasta julio de 2019.​

Test de personalidad:

Una canción que no soportes:

Despacito...

Tu sabor de helado preferido:

Pistacho

Un libro que volverías a leer:

El Alquimista - Paulo Coelho

Una manía inconfesable:

Me gusta cantar mientras hago cosas

Una herramienta de trabajo indispensable:

Teléfono y auriculares.

Un destino para perderte:

Santander, disfrutando de la naturaleza y el atardecer.

Sobre tu SVE:

¿Por qué elegiste ser voluntaria? 

Porque está fuera de estrés. Te da espacio para pensar sobre ti misma, tu vida, tus elecciones, no requiere demasiadas competencias como en un trabajo real. También quería descubrir qué es el voluntariado y observar cómo se estructura una organización, cuál es la dinámica y las cosas que hacen. Así que para mí fue una experiencia completamente nueva. 

¿Cómo te enteraste de esta oportunidad? 

Vine el año pasado para el proyecto MEGAEVS en Tarragona y en esta ocasión aprendí sobre el EVS. 

¿De qué trata tu proyecto? 

Mi proyecto ha sido en la fundación EVEHO; hay 2 sectores en esta fundación y ambos trabajan con menores de edad sin tutela en riesgo social. El primer sector se llama CRAE y trabajan con niños de entre 3 y 16 años. El segundo se llama LLAR y es de adolescentes de 16 a 18 años. Son inmigrantes y viven en una condición en la que no reciben ningún tipo de apoyo, por lo que con esta base tienen la oportunidad de asistir a una escuela de adultos para aprender un idioma y también hacer cursos profesionales (llamados talleres). Mientras tanto, las autoridades competentes comienzan a trabajar en sus documentos para que puedan comenzar a buscar trabajo. Lo primero que necesitan es obtener el nuevo DNI, lo que significa el NIE y, por lo tanto, tener el permiso para quedarse.

¿Cuáles son las principales tareas que se te asignan?

Mi función es ayudar a los educadores con las actividades, trabajos en papel, con el trabajo en la oficina, acompañando a los jóvenes, ayudándoles con su tareas, enseñando inglés. Con la Asociación Mundus también tuve clases de inglés una vez por semana con estudiantes que viven en Barcelona. Otra actividad fue el Linguistic Café, una reunión que se realizaba una vez por semana con todos los demás voluntarios, que era un espacio para hablar y debatir en inglés con las personas de Barcelona interesadas en mejorar su nivel de inglés. En todo esto, me vi a mí misma como voluntaria ayudando a la organización con el horario semanal, 7 horas por día.

¿Qué tipo de expectativas tenías sobre el proyecto antes de venir?

Sí, tenía expectativas. Muchas de ellas. Pero el proyecto no tenía el nivel que yo esperaba. Esperaba hacer más de lo que hice, sobre todo en lo que respecta al tema de la comunicación, en la coordinación de actividades y también a la hora de recibir actividades significativas. Aunque, al principio, tuve algunos problemas en la comunicación con el equipo, después de pude mejorar mucho este aspecto y me integré más con la dinámica y simplemente viví el día a día.

¿Desde cuándo tu proyecto está en curso y cómo te sientes al respecto de tus expectativas ahora?

Mi proyecto comenzó en octubre de 2018 y se finalizó en julio de 2019. Noté una evolución en mi personalidad; aprendí cosas sobre la vida en general, no solo sobre cuestiones técnicas ... En este país he encontrado más libertad personal, he aprendido a tomar mis propias decisiones, puedo ser más independiente. He aprendido un poco de español. Descubrí también que si quieres ayudar a las personas, puedes encontrarte un muro a veces, pero debes estar abierta a aceptar que algunas personas no quieren ayuda, y en esos casos cambiar la estrategia. He aprendido mucho sobre la naturaleza humana. Descubrí que me estaba escapando y que necesitaba espacio para respirar, así que descubrí el significado del voluntariado, pero para ello tuve que dejar mi trabajo. Soy desarrolladora de software y gerente de IT. Entonces, después de estos 10 meses, quiero volver a mi trabajo y terminar lo que empecé.

¿Qué has aportado al proyecto?

Trabajo con 8 jóvenes migrantes, pero me he encontrado con un gran problema con respecto a mi posición: estos jóvenes inmigrantes vienen todos de Marruecos y yo también vengo de un país del norte de África, de Túnez, por lo que debido a nuestra cultura, religión y tradición, no entienden por qué una chica como yo ha salido de su casa para ser voluntaria en un país europeo. En su país, las mujeres pueden estudiar e ir a la universidad, pero después se supone que deben quedarse en casa y cuidar de la vida en la casa y llevar el orden en la casa. En este contexto, creo que agregué el valor de la igualdad en mi proyecto. Mi proyecto personal consiste en tratar de escribir un proyecto de intercambio para jóvenes inmigrantes y locales. Entonces, pensar en actividades que puedan conectarlos entre ellos/as y eliminar las barreras que existen entre distintos grupos.

¿Quién se beneficia de tu voluntariado? 

Tanto los jóvenes migrantes como yo, porque este proyecto me hizo darme cuenta de muchas cosas. 

¿Te gustaría seguir trabajando en este marco después del proyecto? 

No, prefiero volver a mi trabajo. 

¿Qué te gusta o no te gusta del proyecto?

Sobre mi proyecto, me gustó el hecho de que me presentaron un nuevo campo, nuevas perspectivas y el tema. No me gustaba estar sola en mi camino de voluntariado, viviendo sin otros/as voluntarios/as. 

Tu mejor memoria de proyecto 

Cuando regresé de mis últimas vacaciones, el educador me dijo que uno de los chicos preguntó por mí y que si regresaría. Sentí que había hecho alguna conexión y que me dieron la bienvenida nuevamente.

¿Cambió tu vida?

Me abrió los ojos a nuevas perspectivas. Ahora tengo mi formación de fondo y esta experiencia de voluntariado. Disfruté de España, las sonrisas, las pequeñas conversaciones con extraños, los espacios públicos donde podía disfrutar de mi tiempo libre.