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Testimonio Isaja Karadakovska | 20 años

Isaja tiene 20 años y es de Macedonia. Participó en el proyecto EVS MeGa organizado por la Asociación Mundus y tras un mes de proyecto en Tarragona, comparte sus valiosos aprendizajes con nosotros. ¡Gracias Isaja por ser tan valiente!

[Traducción al español]

La sensación de echar de menos mi casa y un plan irme de mi país para siempre, que he estado desarrollando exponencialmente durante toda tu vida, es una combinación bastante extraña, ¿verdad? ¿Cómo puedo echar de menos un país que ni siquiera me gusta?

Bueno, hola, me llamo Isaja, tengo 20 años y me gustaría compartir algunas palabras sobre cómo EVS me ayudó a darme cuenta de por qué esas dos cosas en particular me han acompañado durante mi humilde existencia de 20 años en este planeta y cómo fusionarlos puede convertirse en voluntad de contribuir a la sociedad.

Viniendo de un país en desarrollo, con un período de transición de 25 años y sumando, no estamos acostumbrados a cuidar nuestra comunidad. Voy a ser completamente sincera en este caso: nunca en toda mi vida he gastado 5 minutos enfrente de los containers de basura, para clasificar los residuos y poder reciclarlos. Por supuesto, me siento absolutamente avergonzada por el hecho de que nunca sentí la necesidad de hacerlo en mi propio país. Además de que es casi imposible, ya que de donde vengo, apenas hay containers de basura, como para encima tener distintos para separarla. Pero no voy justificar mi comportamiento, no hay excusas, es solo que estoy empezando a ser más consciente de cuán desmotivadas están las personas en mi país, especialmente las más jóvenes, y qué poco dispuestos estamos para cambiar alguna cosa.

Sin embargo, esta experiencia me dio la oportunidad de estar rodeado de personas de 26 nacionalidades, algunas de ellas similares, pero otras bastante diferentes, lo que me hizo darme cuenta de que los humanos nos adaptamos a las normas sociales bastante rápido y es por eso que durante mi corta estancia en Tarragona me di cuenta que esas tareas banales y cotidianas que no parecen tan significativas en el momento tienen efectos duraderos. No es algo en lo que piensas, es solo un proceso de aprendizaje inconsciente que ocurre como resultado de las fuerzas y normas invisibles que existen en una determinada comunidad. Lo que trato de decir es que la gente puede aprender cosas y que el cambio es posible. Puede llevar una eternidad, pero es factible. Puede que no seamos nosotros los que viviremos para verlo, pero si eso significa que dejamos un lugar mejor para las próximas generaciones, vale la pena.

Sigo.

Aprendí muchas cosas durante esta corta experiencia (que al principio no me parecía corta teniendo en cuenta que echaba de menos mi casa).  Estar rodeado de personas de 26 países en la pequeña ciudad de Tarragona, ¡fue lo más genial! Es posible que no hayamos tenido la oportunidad de realmente, realmente conocernos bien, pero estoy segura que tuvimos el tiempo para compartir conocimientos y experiencias, y aquí es donde aprendí, de lejos, lo más importante y beneficioso de toda esta experiencia internacional. El momento en que me di cuenta de lo egoísta que he sido toda mi vida: mi país no es el único que tiene muchos problemas. España es genial, pero no es perfecto. Tampoco lo es Italia, ni el Líbano, ni Croacia, ni ningún otro país de los Balcanes, ni ningún otro país en general. Quiero decir, sí, leo las noticias, pero tener la oportunidad de compartir experiencias con personas de otros países y realmente vislumbrar la vida en un país determinado y sus luchas cotidianas es realmente esclarecedor.

Entonces, sí, pensé que realmente no odio a mi país y es por eso que odio la idea de dejarlo todo el tiempo. Simplemente odio lo desmotivada que me siento en casa, que ahora considero una razón bastante egoísta para irme. Amo mi ciudad, a pesar de que está casi arruinada debido a políticos que hacen malas políticas. Me encanta lo valiente que es la gente allí. Por supuesto, se necesita mucho coraje para abandonar un hogar, pero creo que se necesita mucho más para quedarse y tratar de hacerlo mejor.

Gracias EVS por ayudarme a darme cuenta de eso.


Isaja is 20 and she is from Macedonia. She was a participant in the EVS MeGa project organised by Asociación Mundus, and after a month in Tarragonia, she has shared her valuable learnings with us. Thank you Isaja for being so brave!

[Original]

Homesickness and a future plan to leave your country forever, that you’ve been exponentially developing through your whole life, is quite a weird combination. I know, right? How can someone not stand the idea of leaving a country they don’t even like?
Well, hola, my name is Isaja, I’m 20 years of age and I would like to share a few words on how EVS helped me realize why those two particular things have been accompanying me during my humble, 20-year old existence on this planet and how merging them can turn into willingness to contribute to your society.

Coming from a country in development, with a 25 and counting year old period of transition, we’re not really used to taking care of our community. I’m going to be completely honest on this one: never in my entire life have I spared 5 minutes, standing in front of the trash cans, to sort the garbage so it can recycle. Of course, I feel absolutely ashamed of the fact that I’ve never felt the need to do that in my own country, apart from the fact that it’s almost impossible, since where I come from, there are hardly any trash cans, not to mention cans for different types of trash. But I’m not even going to try to justify my behavior, there are no excuses, it’s just that I’m starting to be more aware of how demotivated people in my country are, especially the younger ones, and how unwilling that makes them to try to change something.

Nonetheless, this experience gave me the opportunity to be surrounded by people from 26 nationalities, some of them similar to each other, but others quite different, which made me realize that humans adapt to social norms pretty fast and that is why, during my short stay in Tarragona, those banal, every-day chores which don’t seem that meaningful at the moment, but have long lasting effects - felt like the right thing to do. It’s not something you think about, it’s just an unconscious thought process which occurs as a result of the invisible forces and norms that exist in a certain community. What I’m trying to say is – people can learn things and change is possible. It might take forever, but it’s doable. We might not be the ones that will live to see it, but if that means that we leave a better place for the next generations – it’s absolutely worth it.

Moving on.

I learned a lot of things during this short experience (which doesn’t seem that short at the beginning, though, especially if you have a history of homesickness). Being surrounded by people from 26 countries in the small city that is Tarragona, was the coolest! We might have not gotten the chance to really, really meet each other that well, we be sure did have the time to share knowledge and experiences, and this is where I learned, by far, the most important and for me, the most beneficial idea of this whole international experience, the moment where I realized how selfish I’ve been all my life: my country is not the only one that has a lot of problemsSpain is great, but it’s not perfect. Nor is Italy, or Lebanon, or Croatia, or any other Balkan country, or any other country in general. I mean, yes, I read the news, but to have the opportunity to share experiences with people from other countries and really get a glimpse of life in a certain country and their every-day struggles is really enlightening.

So, yeah, I figured that I don’t really hate my country and that is why I hate the idea of leaving it every single time. I just hate how demotivated I feel back home, which I, now find to be quite a selfish reason to leave. I love my city, even though it’s almost ruined because of inadequate politicians and bad policies. I love how courageous the people there are. Of course, it takes a lot of courage to leave your home, but it takes a lot more to stay and to try to improve it and make it better.

Thank you, EVS, for helping me realize that.


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