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Testimonio Sonia Aguilera | 29 años

Sonia Aguilera se fue el pasado abril de Marbella a Palermo para realizar el Servicio de Voluntariado Europeo (SVE) en un centro llamado Ubuntu, un sitio que proporciona apoyo a familias inmigrantes generalmente de África. Antes de irse, ya nos dejó su testimonio. Ahora, ocho meses después, nos cuenta esta experiencia que la califica como "la mejor de su vida".


Testimonio de Sonia:

Mi nombre es Sonia Aguilera, soy de Marbella. Estoy a punto de finalizar mi Servicio de Voluntariado Europeo en Palermo, Sicilia (Italia). Si tengo que describir con pocas palabras mi experiencia diría que ha sido la mejor experiencia vivida hasta ahora. Soy viajera por naturaleza, me encanta viajar y conocer otras culturas. Siempre quise hacer un voluntariado fuera de España porque tenía la inquietud de ayudar a personas y de conocer otra cultura distinta a la mía. Hace tiempo una amiga me explicó en que consiste el SVE y desde entonces me puse a buscar ofertas.


La primera vez que leí sobre el proyecto SVE en el que estoy participando sentí que era mi oportunidad. Redacté la carta de motivación y el CV, y esperé impacientemente la respuesta por parte de la asociación de acogida. Me hizo mucha ilusión cuando me confirmaron que había sido seleccionada.


Mi voluntariado se desarrolla en un centro llamado "Ubuntu: Espacio Multicultural de la Cultura Ubuntu". Lo inauguraron en 2006 y la filosofía del centro es ayudar a las familias inmigrantes con pocos recursos económicos, ofreciéndoles un servicio de guardería y actividades para sus hijos. Es un espacio multiculural pero, la mayoría de los niños que asisten a Ubuntu son de distintos países de África. 


He conocido muchos aspectos de la cultura africana, gracias a los niños más mayores que me han contado muchas cosas. También he sido voluntaria por unas semanas en un centro de acogida para refugiados (Centro Astalli). Es un centro donde prestan diversos sevicios a las personas inmigrantes sin recursos económicos, servicios como asistencia médica, desayuno, cursos de formación, etc. En estas semanas he tenido la oportunidad de escuchar historias de personas que un día tomaron la dificil decisión de dejar todo en su país y empezar una nueva vida en Italia; provienen de países subdesarrollados.


Una experiencia que me sorprendió fue prestar ayuda en un desembarco que tuvo lugar este verano en el puerto de Palermo; ese día las autoridades marinas encontraron en el mar más de mil personas provenientes de diversos países del norte de África, que se dirigían en pequeñas embarcaciones hacia las costas de Sicilia. Sus ojos reflejaban miedo y felicidad al mismo tiempo.

Nunca he sido una persona materialista pero ahora lo soy menos, conocer las historias de personas que vienen de países subdesarrollados y saber que no han tenido medios económicos ni para cubrir sus necesidades básicas, hace valorar más las cosas. He tenido la oportunidad de conocer la cultura italiana, me he involucrado en la cultura aprendiendo el idioma, conociendo gente local, viajando alrededor de Palermo etc.


He compartido muchas experiencias con otros voluntarios que, como yo, han realizado o están realizando su SVE en Palermo; voluntarios de todas partes del mundo, de los cuales me llevo una bonita amistad y miles de recuerdos. En definitiva, el SVE me ha cambiado. Es una experiencia que me ha hecho crecer como persona. En cuanto a la parte laboral, el hecho de aprender o mejorar otros idiomas es un aspecto positivo para el CV.


Si alguien me pidiera mi consejo sobre participar o no en un EVS, yo diría: ABSOLUTAMENTE SI. Es una oportunidad de aprendizaje en general, con la seguridad de que no estás solo, tienes un respaldo de personas y de organizaciones que te ayudarán en tu experiencia. 

A veces tenemos que dejar las dudas y miedos hacia un lado y lanzarnos a la aventura; a veces lo que empieza con un poco de miedo termina por ser una experiencia maravillosa.

Sonia Aguilera