Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Más información

Testimonio Daniel Seral | 23 años

En los últimos días de mi voluntariado toca recopilar todos los recuerdos, experiencias y momentos vividos en Trbovlje, una pequeña ciudad de un pequeño país llamado Eslovenia.

Conocí el programa SVE de Erasmus+ por casualidad, y después de haber realizado un Erasmus muy satisfactorio durante mi etapa universitaria no dudé en solicitar uno de estos proyectos. Encontré el proyecto perfecto para mi en Eslovenia, un país que a su vez me resultaba muy interesante para conocer.

El proyecto ha consistido, principalmente, en desarrollar durante los meses de agosto y septiembre una parte de la “Slovenian Mountainbike trail”, proyecto desarrollado por la Asociación Eslovena de Alpinismo y debido a mi amor por la naturaleza y por el ciclismo este voluntariado ha sido una experiencia fántastica que me ha permitido conocer gran parte del paísaje esloveno. Por otro lado, también participamos en actividades socioculturales como “El día de las lenguas europeas” en un colegio local o en un concurso gastronómico de platos tradicionales eslovenos.

Durante todo mi voluntariado he tenido la oportunidad de conocer de forma muy auténtica a la gente de este país, así como de otros países con los que también he convivido durante este EVS y de crear verdaderas amistades internacionales que espero que perduren.

También he descubierto los rincones más y menos turísticos del país, la historia de Eslovenia y de sus vecinos balcánicos, pero sobre todo, debido a mi trabajo en las montañas eslovenas he descubierto el increíble potencial paisajístico y natural que tiene el país.

En definitiva, mi SVE como experiencia personal ha sido muy enriquecedora y determinante para mi futuro, pasando dos meses en un ambiente completamente distinto al mío, siendo mi SVE un paréntesis en el que he vivido momentos y sensaciones que no había vivido antes y que probablemente no vuelva a vivir.

Además, al finalizar el proyecto me he quedado con la sensación de haber realizado un estupendo trabajo que contribuirá al desarrollo del turismo sostenible en una región que necesita un impulso ecónomico y a la que, probablemente, regrese en un futuro para reencontrarme con amistades y para recorrer con mi bici la ruta que años atrás ayudé a crear.

Querido amigo, si tienes la oportunidad de vivir una experiencia como esta, no la dejes pasar, da el paso, sé una persona proactiva y no te arrepentirás de haber salido de tu espacio de confort.

Daniel Seral