Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Más información

Testimonio Ana | 24 años

En enero, nuestra voluntaria Ana Vigo se marcha a Bélgica para formar parte de MediaRaven, una asociación que combina la educación y la comunicación, a través de un proyecto de Servicio Voluntario Europeo (SVE) coordinado por AFS Flandes.

Os dejamos un precioso texto de esta gallega que precisamente en estos días cumple 24 años, ¡felicidades!


El día que acabé mis estudios se apoderó de mí una sensación extraña. No sabía qué quería hacer, y lo que es peor; sentía un miedo atroz ante la incertidumbre. Salí de la escuela en dirección al Parque del Retiro. Necesitaba reflexionar, y no se me ocurría un lugar mejor.

Me senté bajo un árbol y me descolgué la mochila con intención de dibujar un poco. Escribir y dibujar son las dos actividades que más me ayudan a la hora de desconectar. Me fijé en los pajarillos que vagaban de aquí a allá. Envidié su aparente despreocupación, su actitud dinámica y segura. Sobre todo los envidié cuando echaban a volar. ¡Cómo me gustaría saber alzar el vuelo, como cuando era pequeña y sabía volar!           

Entonces lo supe. No quería quedarme, necesitaba echar a volar como aquellos animalitos. Ellos no sabían que eran observados. No sé mucho de aves, no puedo saber si los de aquella especie emigran o no. Lo que tengo claro es que me sentí identificada con ellos. Yo también necesitaba despegar y cambiar de aires.

Había vivido algunas experiencias cortas de Erasmus+. Pensé que sería perfecto poder irme y al mismo tiempo trabajar en mi ámbito, ya no solo vivir una experiencia breve, sino llegar a conocer de verdad el país y a su gente, y poder desarrollar un poco más mi incipiente carrera como periodista y comunicadora.

Los pájaros sobrevolaron el parque. Decidí que lo intentaría. Sabía que conseguir un SVE interesante no era tan sencillo, las oportunidades son muchas pero las que de verdad pueden ser útiles o interesantes para cada uno, no tantas.

Durante casi un mes mandé cartas y CVs, y más cartas y más formularios, hasta con tres asociaciones diferentes. Seguía el método que usamos la mayoría a la hora de buscar trabajo: mandaba un correo y me olvidaba de él.

Cuando recibí la respuesta, apenas podía recordar de qué proyecto se trataba. Hasta que vi que venía de Gent, en Bélgica, y mi espíritu se estremeció. Era mi segunda opción; la primera no me la podían conceder porque no sé alemán. Así de afortunada fui.

Consciente de lo que suponía aquel correo, empecé a gritar. Mi madre estaba en casa, y acudió alarmada para ver si me había pasado algo, o si solo tenía algún tipo de brote psicótico. Con los ojos húmedos de emoción le expliqué que me iba en enero. Dejamos lo que estábamos haciendo y fuimos a celebrarlo.

Han pasado algunas semanas desde que recibí la buena noticia, y aún quedan tres meses hasta que me vaya. Pero la emoción no mengua. Cada vez que veo a los pájaros volar, me imagino a mí misma a bordo de ese avión que en enero me llevará a Gent. La asociación belga, MediaRaven, es un medio de comunicación en sí mismo, que además de realizar diferentes producciones para otras asociaciones, se dedica a enseñar sobre medios de comunicación a niños y jóvenes, realizando diferentes actividades. Es ideal para mí, tiene todo lo que me gusta: comunicación, audiovisual y educación.

No puedo sentirme más afortunada y agradecida. Siempre me he arrepentido por haber dejado pasar ciertas oportunidades: no viajé a Francia con el colegio, no fui de Erasmus cuando aún era estudiante. He dicho que nunca más. Hay cosas en la vida que no se pueden perder, a las que hay que aferrarse con toda la fuerza de nuestro corazón. Sé que no será fácil, sobre todo al principio: pero sé también que voy con todas las ganas del mundo para dar todo lo mejor de mí cada día que dure el proyecto, para conocer todos los lugares y personas que pueda, y experimentar al máximo. Creo que de eso van la vida y el SVE: de conocer, aprender, experimentar, amar. Vivir.

Ana Vigo