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[Santaco EVS] Junio: "Mie***"

02/07/2018 Mundus
[Santaco EVS] Junio: "Mie***"

[Santaco EVS] Junio: "Mie***"​. Era febrero y de repente estamos al final de Junio. Mie***. Sólo un mes más y casi se acaba. Es tan difícil ver las cosas con una perspectiva clara y por lo tanto contar historias pasadas cuando todo está demasiado cerca y pasa demasiado rápido. A veces es como si estuvieras comiéndote cosas vivas. No eres capaz de contar de verdad cómo ha sido hasta que no las has digerido. Otras veces es suficiente con ver una foto de un momento concreto para darle un cierto matiz de nostalgia y contar una historia bajo la influencia de la idealización.

La verdad es que este mes ha visto algunas despedidas que, por supuesto, significan también celebraciones y sonrisas agridulces.

Guillaume se despidió de sus estudiantes de francés y, considerado que si miras bajo su actitud despreocupada para ciertas cosas (en primer lugar su comida) en realidad es el más sentimental de nosotros, para él fue una circunstancia bastante triste, aunque volverá a verlos en un mes cuando terminen sus práctica en Francia. Se celebró también la fiesta de fin de curso en Mans a les Mans para los chicos que han participado en las actividades del centro este año (foto abajo). La estudiante de guitarra de Guillaume le regaló una tarjeta hecha a mano que ciertamente tardó más de media hora en hacer que ponía “gracias por enseñarme a tocar la guitarra”. El mismo día él finalmente se fue al casino (un capricho que tenía hace tiempo) y ganó 50 euros, pero si miras en su Instagram lo que hay es una historia sobre esa tarjeta y ninguna mención ni al casino ni al premio.

En Rialles hubo también una fiesta de despedida en la cual Nico acompañó con la guitarra a algunos de los chicos del centro. Tocaron “House of the Rising Sun” y “Highway to Hell”, hecho bastante impresionante vista la preferencia general por el reggaeton. La fiesta fue también para Pepa que, después de haber sido educadora en el centro por 18 años, lo dejará para ser defensora de la ciudadanía.

Los niños de Rellotje participaron en la actividad que Selin organizó para ellos y se lo pasaron súper bien especialmente en la estación dedicada al baile. Una semana después fue su turno para la fiesta de fin de curso y prepararon para Selin un pequeño poster con la foto de cada uno y su nombre, escribiendo algo y firmaron detrás (tienen apenas cinco años) y por supuesto ella se puso ya un poco emocional aunque volverá a ver a algunos de los niños durante el campamento de verano.

La fiesta de despedida para los chicos del Centre Obert Moises se celebró en una iglesia y Sári se quedó bastante asombrada de verlos bailar una canción de reggaeton en ese contexto. Ensayaron por mucho tiempo así que ella también aprendió la melodía de memoria y la canta bailando mientras cocina cuando llega del trabajo. Está muy contenta cuando habla de las actividades en el centro y le encanta el ambiente y el tiempo con sus compañeros. Dice que su vida tiene casi todo lo que desea: le gusta su trabajo y durante el fin de semana baila salsa y practica yoga. Fue al Agni, un festival de yoga, música y arte en las montañas y volvió colocada de la vida sin haber tomado nada (era un evento sin drogas).

Entre todas estas despedidas, también se celebró la de los talleres de idiomas con un picnic al lado del río. El primer guía y amigo de nuestro SVE, Manu, también se irá a Rumanía por un mes y volverá en nuestro último día para llorar en el aeropuerto mientras se despide de sus voluntarios favoritos. Es triste que no podremos reírnos más de su obsesión con ponerse “fuerte”, que en realidad significa parecerse a Ken de Barbie, y verlo en nuestro piso comiendo papas y nunca dulces porque está siguiendo una dieta muy específica para llegar a la ansiada “fuerza”.

Es inevitable que despedirse de todas estas personas, aunque seguimos conociendo nuevas y sigan llegando amigos de toda Europa, nos haga pensar en cuándo terminarán nuestros proyectos.

Un jueves por la noche Selin, Guillaume y yo, mientras comíamos nuestro querido King’s kebab sobre hierba de plástico, decidimos que los cinco nos vamos a reunir en diferentes países por lo menos cada 7 de febrero y de agosto, los días de comienzo y fin de nuestro SVE.

El otro día, después de cinco meses, por fin me decidí a subir la colina detrás de Santa Coloma. Pude ver toda la ciudad, pero mientras estaba allí arriba la primera cosa que busqué fue nuestro piso y fue raro verlo desde fuera y lejos por primera vez. Es el edificio bajo los pájaros en la foto. La cálida luz naranja del momento de la tarde, justo antes de la puesta del sol, iluminaba cada ladrillo del edificio y me imaginé el piso bajo esa luz, aunque tengamos sol sólo por las mañanas, y ahora cada vez que pienso en nuestra casa la veo bajo ese matiz naranja iluminando los carteles del salón y las caras de las personas con las cuales he compartido estos últimos cinco meses. Algunas de esas caras son las que ves en la foto aquí abajo en los retratos que una noche decidimos hacer el uno del otro en un “círculo de retratos”. No tenemos un talento especial, o a lo mejor sólo un poco, pero nos vale para dibujar el uno al otro con un carboncillo riéndonos hasta la una de la mañana en nuestro salón bajo la luz pálida del neón que en realidad yo recuerdo que es naranja.


It was February and suddenly it is the end of June. Sh**. Just one more month and it is almost over. It is so hard to see things from a separate perspective and therefore to be able to tell them as stories in the past. It is all too close and too fast. Sometimes it feels like eating things alive. You cannot really tell how it was until you digest them.

Other times it is enough to see a photo of a certain moment to give it a certain warm nostagic hue and tell a story under the influence of idealization.

The truth is that this month has seen some despedidas, goodbyes, which of course meant also celebrations and bittersweet smiles.

Guillaume said goodbye to his French students and, considering that if you look under his careless attitude that he seems to have towards certain things (first among them, his food) he is the most sentimental among us, it was a quite sad circumstance, even if he will see them again in one month once their internship in France is over.

He also participated in the fiesta de fin de curso, the end-of-year party, in Mans a les Mans, a farewell celebration for all the children and yougsters that were attending the activities at the center (photo below). His guitar student gave him a hand made card that she definitely took more than an hour to make that said “thank you for teaching me how to play guitar” and the same day Guillaume finally went to the casino (it was a whim he had for a bit) and actually won 50 euros. If you look at his instagram, though, you can only see a story about that beautiful card, no mention of the win or the party night. I wonder why.

In Rialles there was also a farewell party and Nico played the guitar accompainig the youngsters of the center. They played “House of the Rising Sun” and “Highway to Hell”, quite striking considering the general preference for reggaeton. It was also a goodbye for Pepa whom, after being educator at the center for 18 years, will leave to be defensora de la ciudadanía.

Selin’s children participated in the actuvity she organized for them and they especially enjoyed the station in which they had to dance. A week later it was their time for the end-of-year party and they made Selin a little poster with pictures of every child, who also wrote something or signed on the back (they are only five) and, needless to say, she started already to be very emotional, even if she will probably see some of the children during the summer camp.

The farewell party for the children and youngsters of Centre Obert Moises was celebrated in a church and Sári was amazed at seing them performing a reggaeton song in that contest. They prepared a long time for this day so that she learned the melody by heart and she sings it and dances to it while cooking after work. She is very happy when she talks about the activities at the center and she is really enjoying the enviroment and the time she is spending with her colleagues. She says that her life now has basically everything she wants: she enjoys her work and during the weekend she dances salsa and practices yoga. She went to Agni festival, a yoga, music and arts festival in the mountains, and she came back high on life and she had not taken anything (it was a drug-free event).

Among all these despedidas, there was also the one to our language workshop students, which consisted in a picnic by the river all together.

Our first guide and friend in our EVS, Manu, will also leave for Romania for one month and he will be back on our last day to cry at the airport while he waves goodbye to his favourite volunteers ever. It is sad that we cannot make fun of his obsession with becoming “strong”, which really means looking like Ken from Barbie, anymore and have him hanging around the flat eating chips but avoiding any sweet because he is on a specific diet to reach the unachievable strength.

It is inevitable that saying goodbye to all these people, even if friends keep coming and we keep meeting new ones, makes us think about the end of our projects.

A Thursday night Selin, Guillaume and I, while eating our beloved King’s Kebab on plastic grass, decided that the five of us will go all together to visit each other at least every 7th of February and 7th of August, the day of the beginning and the end of our EVS.

The other day, after five months, I finally decided to go up the hill behind Santa Coloma to see the whole city but while I was up there the first thing I looked for was our flat and it was a strange feeling to see it from the outside and far for the first time. It is the one right under the birds in the picture below. The warm orange light of the late afternoon, just before sunset, was illuminating every brick of the building and I imagined it in our apartment, even if we only have sun during the morning, and now every time I think of our home I see it with that orange hue illuminating the posters of our living room and the faces of the people with whom I shared these past five months.

Those are some of the faces you see in the photo below in the portraits that one night we decided to do to each other in a “portrait- circle”, everyone draws everyone. We are not talented or maybe just a little but we are care enough to want to draw each other with charcoal while laughing histerically until one in the morning under the pale neon light of our living room which actually I remember being orange.




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