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Testimonio Albert Fernández | 24 años

Ahora que ya he vuelto a casa (temporalmente), tengo que reconocer que ha sido una experiencia muy positiva, de esas que te cambian la vida.

Me tropecé con el proyecto Practiq'EU en el momento en el que más lo necesitaba. Ese mismo año había terminado el máster y llevaba unos cuantos meses buscando oportunidades "de lo mío" y encadenando distintos trabajos bastante precarios.

Necesitaba un estímulo y este proyecto  me vino como agua de mayo. Me ofrecía realizar unas practicas en el extranjero (Italia) para ganar experiencia en mi ámbito profesional, así como la oportunidad de aprender una nueva lengua. ¿Qué más podía pedir?

Desde el minuto 1, cuando empecé el curso de idiomas, intenté valorar al máximo aquella oportunidad. Sabía que aprender italiano seria vital en esta nueva aventura.

Imaginé que ya tendría suficientes obstáculos que superar una vez allí y me negué a que la lengua fuera otro más.

Pasamos los días inmersos en el curso de italiano  y en un abrir y cerrar de ojos, llegó el día de partir a Roma, y aunque tenía la seguridad de haber "hecho los deberes", los miedos empezaron a surgir.

No obstante, estos tardaron muy poco en desvanecerse. En la oficina me acogieron muy bien, como a uno más, y enseguida me integraron en el equipo.

Este fue un hecho clave en mis prácticas, ya que me permitió crecer y desarrollar mi trabajo de una forma óptima y con confianza, hasta el punto que la relación fue tan buena, que el próximo mes de setiembre volveré a Roma a través del programa Erasmus para Jóvenes Emprendedores para ayudar durante cinco meses en el desarrollo de un nuevo proyecto de voluntariado internacional.

La aventura continúa…

Albert Fernández